La caza menor, que incluye la caza de conejos y liebres, es otra faceta en la que los perros de rastro demuestran su valor incalculable. En estos casos, la agilidad, la velocidad y la precisión son las cualidades que se ponen en primer plano, ya que las presas son animales pequeños y extremadamente rápidos, conocidos por su habilidad para esconderse y realizar movimientos evasivos inesperados.
Mejores perros de rastro para cazar conejos y liebres
Pastor Belga Malinois
Bouvier de Flandes
Collie de Pelo Largo
Perro Cazador de Lobos: Lobero Irlandés
Foxhound Americano
Foxhound Inglés
Dandie Dinmont Terrier
Perro de agua frisón
Spaniel holandés
En esta modalidad, el papel de los perros de rastro difiere del empleado en la caza mayor. Aquí, los canes no solo deben seguir el olor, sino también ser capaces de reaccionar con rapidez ante la carrera imprevisible de estos pequeños mamíferos.
Los perros entrenados para la caza de conejos y liebres deben tener una capacidad de concentración muy alta y ser capaces de discriminar entre rastros frescos y antiguos, para no desperdiciar energías en seguimientos inútiles.
Una vez que el perro ha identificado y sigue un rastro reciente, su labor es perseguir a la presa hasta que esta se vea forzada a abandonar su escondite y pueda ser abatida por el cazador.
Dado que tanto conejos como liebres tienen una tendencia natural a regresar a su punto de partida cuando son perseguidos, los perros deben ser astutos y anticiparse a estos movimientos. No es raro que estos perros trabajen en grupos pequeños, complementando sus esfuerzos para acorralar a la presa y cerrarle las posibles rutas de escape.
La caza con perros de rastro de conejos y liebres también requiere una gran compenetración con el cazador, quien debe estar atento a las señales que le da su perro y estar preparado para actuar rápidamente. El conocimiento del terreno juega un papel vital, y un cazador experimentado sabrá cómo interpretar la información que le proporciona su compañero canino para posicionarse estratégicamente.
Además, la caza menor con perros de rastro también se convierte en una gestión cinegética, ya que contribuye al control de las poblaciones de conejos y liebres, que en ocasiones pueden proliferar en exceso y causar desequilibrios ecológico