La caza de la becada, conocida en el ámbito cinegético como la ‘Dama del Bosque‘, es una tradición arraigada en la cultura de la caza española, donde se conjuga la destreza del cazador con la de los canes más avezados. Este ave migratoria, de vuelo errático y hábitos crepusculares, ha sido desde tiempos inmemoriales un codiciado trofeo para los aficionados a la caza menor debido a su habilidad para esconderse y mimetizarse con el entorno.
El ritual de la caza de la becada comienza con el primer frío del otoño, cuando los bosques de hoja caduca se convierten en escenarios de una búsqueda meticulosa y respetuosa. La experiencia de la caza de becadas trasciende la mera acción cinegética; se trata de una verdadera simbiosis con la naturaleza, un arte que requiere paciencia, conocimiento y una profunda comprensión del delicado ecosistema que esta especie habita.
A lo largo de este artículo, exploraremos las distintas facetas de la caza de la becada en España, detallando desde las localizaciones más propicias hasta los consejos prácticos para asegurar una jornada cinegética ética y exitosa. Abordaremos el rol indispensable de los perros de caza, cuyas características y adiestramiento son clave en el desarrollo de esta actividad, y proporcionaremos recomendaciones basadas en la experiencia y la tradición para aquellos que desean adentrarse en este noble ejercicio, siempre en el marco del respeto por la especie y el hábitat que la acoge.
Localizaciones frecuentes de las becadas
En España, la becada (Scolopax rusticola) encuentra refugio y sustento en diversos hábitats, favoreciendo aquellos que le ofrecen alimento y protección. Se la puede encontrar desde las frondosas dehesas de Extremadura hasta los umbríos bosques de robles y hayas del norte peninsular. Sin embargo, tiene una predilección especial por los bosques húmedos y zonas mixtas de cultivo y arboleda, donde la densidad de la vegetación y la presencia de agua son constantes.
El norte de España es especialmente rico en estas aves, con Asturias, Cantabria, el País Vasco y Galicia siendo zonas predilectas debido a sus ecosistemas boscosos y su clima atlántico, que garantiza la humedad que las becadas necesitan. En estas áreas, las becadas se concentran en los valles y las laderas de los montes, donde se alimentan de lombrices y pequeños invertebrados que hallan en los suelos blandos y húmedos.
No es menos importante la región pirenaica, que alberga a estas aves tanto en su vertiente norte como sur, ofreciendo condiciones óptimas durante su migración. Asimismo, los espacios naturales protegidos y los parques nacionales constituyen santuarios para las becadas, donde se controla la caza para asegurar la sostenibilidad de las poblaciones.
Para el cazador conocedor, estas localizaciones representan no solo el terreno de juego sino también la responsabilidad de conocer el estado de las poblaciones locales y las regulaciones específicas de caza para cada comunidad autónoma. La elección cuidadosa de la localización y el respeto por las épocas de caza establecidas son esenciales para la conservación del equilibrio natural y la perpetuación de la becada en los paisajes cinegéticos de España.
Tipos de perros de caza recomendados
La elección del perro de caza es un aspecto crucial en la caza de la becada, y determinados tipos de perros se han mostrado históricamente como compañeros ideales para esta actividad. Los perros recomendados para la caza de becada se distinguen por su gran olfato, su capacidad de adaptación a terrenos difíciles y su agilidad en la búsqueda cautelosa y minuciosa.
El Pointer Inglés es ampliamente valorado por su resistencia y su excelente nariz. Su estilo de caza es ideal para cubrir grandes áreas de terreno abiertamente, lo cual es una ventaja en las amplias zonas donde las becadas pueden encontrarse dispersas.
El Setter Inglés, por otro lado, es conocido por su belleza en el campo y su metódico estilo de búsqueda. Con un galope elegante y eficiente, este perro puede atravesar los terrenos más complicados manteniendo siempre una nariz atenta al suelo.
El Spaniel Breton es otra raza destacada en esta modalidad de caza. Su tamaño más compacto y su energía inagotable lo hacen idóneo para adentrarse en los matorrales y zonas de espesa vegetación donde las becadas suelen refugiarse.
No podemos olvidar al Braco Alemán, un todoterreno en el mundo de la caza que se adapta bien a los distintos hábitats de la becada. Su versatilidad y su firmeza en la muestra lo convierten en un compañero excepcional.
Por último, el Cocker Spaniel Inglés y el Springer Spaniel son conocidos por su tenacidad y su habilidad para levantar la caza en las áreas más densas, donde otros perros podrían no penetrar con tanta facilidad.
Independientemente de la raza, los perros seleccionados para la caza de becadas deben ser adiestrados específicamente para trabajar en silencio y con delicadeza, conservando la calma y prestando atención a las indicaciones del cazador. El vínculo entre cazador y perro es de una profundidad tal que se convierte en el factor más significativo para una jornada exitosa, ya que un buen perro de becada es aquel que se sincroniza con los movimientos y la estrategia del cazador.
Características de los perros de caza de becadas
Los perros de caza de becadas deben reunir una serie de características esenciales para el éxito en el seguimiento y localización de esta esquiva ave. No basta con que el perro posea un buen olfato; debe también mostrar habilidades y comportamientos específicos que lo conviertan en un cazador efectivo de becadas.
- Paciencia y Persistencia: La caza de becadas exige un perro que pueda mantenerse metódico y paciente durante largas jornadas. Las becadas a menudo requieren una búsqueda minuciosa y prolongada, dado que suelen permanecer inmóviles y bien camufladas hasta el último momento.
- Olfato Agudo: El olfato es la herramienta más importante para un perro de caza de becadas. El perro debe ser capaz de detectar la sutil y característica fragancia que esta ave desprende, incluso en condiciones de humedad y bajo la cobertura del follaje denso.
- Silencio en la Caza: A diferencia de otras modalidades, donde se permite o incluso se valora la vocalización del perro, en la caza de becadas se prefiere que el perro trabaje en silencio. El mínimo ruido puede alertar a la ave y disminuir las probabilidades de un encuentro cercano.
- Autonomía y Colaboración: Los perros deben ser capaces de trabajar de manera independiente, explorando el terreno y tomando decisiones instantáneas, pero siempre en comunicación con el cazador y respondiendo a sus comandos cuando se les requiere.
- Adaptabilidad: Las becadas habitan en terrenos variados que pueden ir desde bosques densos y húmedos hasta áreas con matorrales y maleza. Un perro de caza efectivo debe adaptarse rápidamente a estos cambios de terreno sin perder eficiencia en la búsqueda.
- Disciplina y Entrenamiento: El adiestramiento es fundamental. Los perros deben aprender a realizar la muestra de forma firme y controlada, sin precipitarse hacia la presa. Una buena muestra es aquella en la que el perro, tras detectar el ave, se detiene y señala su posición, permitiendo al cazador prepararse para el posible levante.
- Resistencia Física: La resistencia es otra cualidad clave, ya que las jornadas de caza pueden ser largas y físicamente exigentes tanto para el perro como para el cazador.
Un perro de caza que combine estas cualidades con un temperamento equilibrado y una buena dosis de inteligencia será un compañero invaluable en la caza de becadas. El adiestramiento adecuado refinará estas características naturales y forjará un cazador de becadas competente y confiable.
¿Cómo cazar becadas?
La caza de becadas es una disciplina que exige conocimiento, técnica y respeto por la naturaleza. Es una actividad que se realiza a pie y que depende enormemente de la colaboración entre el cazador y su perro. Aquí desglosamos los pasos y estrategias clave para una jornada de caza de becadas efectiva y ética:
- Conocimiento del Terreno: Antes de empezar, es fundamental familiarizarse con el área de caza. Conocer las rutas de migración de las becadas, los lugares donde se alimentan y descansan, así como las condiciones del terreno, puede incrementar las posibilidades de éxito.
- Búsqueda Metódica: El cazador debe seguir a su perro de cerca mientras este rastrea el terreno de manera sistemática. La búsqueda debe ser silenciosa y paciente, permitiendo al perro tomar la delantera y utilizar su olfato para detectar a las aves.
- Atención a la Muestra del Perro: Cuando el perro detecta una becada, realizará una ‘muestra’, quedándose inmóvil y apuntando con su cuerpo la localización del ave. El cazador debe estar atento a esta señal y acercarse con cautela.
- Preparación para el Disparo: Al acercarse a la zona indicada por el perro, el cazador debe estar listo para el levante repentino del ave. Las becadas suelen levantar vuelo de manera súbita y con un característico batir de alas.
- Disparo Ético: Una vez que la becada esté en el aire, el cazador debe evaluar rápidamente la situación antes de disparar. Es importante asegurarse de que el tiro sea limpio y que no haya personas, perros o propiedades en la línea de fuego. La seguridad y el respeto por el animal son primordiales.
- Recuperación Respetuosa: Después de un disparo exitoso, el perro debe ser enviado a recuperar la becada. La recuperación debe ser rápida para evitar el sufrimiento innecesario del ave en caso de que esté herida y no muerta.
- Gestión de la Fauna: Es esencial respetar las cuotas de caza y las regulaciones locales para mantener la sostenibilidad de las poblaciones de becadas. La caza responsable garantiza la continuidad de la especie y el deporte.
¿Cuándo es mejor cazar becadas?
La temporada de caza de la becada se define tanto por regulaciones legales como por la biología del ave y las condiciones ambientales. Para el cazador responsable, la elección del momento óptimo para cazar no solo es una cuestión de preferencia, sino también de respeto por los ciclos naturales que rigen la vida de estas aves.
- Temporada Regulada: En España, la temporada de caza de la becada generalmente se abre en octubre y se cierra en febrero. Estos límites están sujetos a las regulaciones de cada comunidad autónoma, que pueden imponer restricciones adicionales basadas en estudios de conservación y población.
- Condiciones Migratorias: La becada es un ave migratoria, y su presencia en los territorios de caza españoles está ligada a sus patrones migratorios. El inicio de la temporada coincide a menudo con la llegada de las aves del norte de Europa y Siberia, buscando climas más templados durante el invierno.
- Condiciones Climáticas: Las condiciones óptimas para la caza de la becada incluyen días fríos y húmedos. La humedad es un factor crucial, ya que influye en la actividad de las lombrices y otros invertebrados de los que se alimenta la becada, llevándola a moverse y por tanto a ser más detectable por los perros.
- Mejores Horas del Día: Las becadas tienen una actividad crepuscular, por lo que las horas al amanecer y al atardecer son particularmente propicias para su caza. Durante estos periodos, las becadas suelen estar más activas, alimentándose y cambiando de lugar, lo que incrementa las posibilidades de localizarlas.
- Fases de la Temporada: A medida que avanza la temporada, el comportamiento de las becadas puede cambiar. Los cazadores expertos observan que, después de los primeros fríos, las becadas tienden a refugiarse en zonas más bajas y húmedas. Al final de la temporada, pueden volver a lugares más altos y secos.
- Consideraciones Éticas: Es importante evitar la caza en momentos en que las becadas están criando o en periodos de climatología extrema, donde el ave podría estar en desventaja. Además, siempre se debe respetar la quietud necesaria para que las poblaciones se recuperen.
Otros consejos para la caza de becadas
Para optimizar la experiencia de la caza de becadas y aumentar las posibilidades de una jornada exitosa, hay una serie de consejos adicionales que los cazadores pueden seguir. Estos consejos se centran en la preparación, la técnica y el respeto por la naturaleza y la sostenibilidad de la especie.
- Equipamiento Adecuado: El vestuario y el equipo deben ser apropiados para las condiciones del terreno y el clima. Se recomienda ropa de camuflaje y calzado resistente al agua y que proporcione buena tracción. Además, se debe llevar una escopeta bien mantenida, adecuada para la caza menor, y munición de perdigones pequeños para asegurar un disparo eficaz y humanitario.
- Entrenamiento Previo: Es esencial que tanto el cazador como el perro estén bien preparados antes de la temporada de caza. Esto incluye el adiestramiento del perro en la obediencia y la búsqueda, así como la práctica de tiro del cazador para asegurar precisión.
- Planificación de la Jornada: Conocer el área de caza y tener un plan de ruta puede ayudar a cubrir el terreno de manera eficiente. Es importante también conocer las áreas de descanso y alimentación más probables de las becadas.
- Respeto por el Medio Ambiente: Se debe cazar sin dañar la vegetación ni molestar a la fauna no objetivo. El cazador consciente deja el menor rastro posible de su presencia.
- Comunicación con Otros Cazadores: En áreas donde se permite la caza, puede haber otros cazadores presentes. Es importante comunicarse para garantizar la seguridad de todos.
- Observación de la Vida Silvestre: Aprender a interpretar señales como las heces, las plumas y las marcas en el suelo puede dar pistas valiosas sobre la presencia de becadas.
- Caza Consciente: Es vital respetar los límites de caza establecidos y practicar la caza consciente, asegurando la sostenibilidad de las poblaciones de becadas y el equilibrio ecológico.
- Regulaciones y Legislación: Mantenerse actualizado sobre la legislación de caza y seguir todas las regulaciones es obligatorio para practicar la caza de forma legal y responsable.
- Primeros Auxilios: Tener conocimientos básicos de primeros auxilios tanto para el cazador como para el perro puede ser crucial en caso de accidentes.
Siguiendo estos consejos y manteniendo un enfoque ético, los cazadores pueden disfrutar de la caza de becadas de una manera sostenible y respetuosa, asegurando que esta práctica pueda ser transmitida y valorada por futuras generaciones.