La respuesta corta es que, aunque no es común, sí, un perro puede llegar a morir por complicaciones derivadas de una otitis severa o mal tratada. En particular, cuando la infección avanza sin control, puede extenderse al oído interno y, en casos extremos, alcanzar el cerebro, provocando una meningitis bacteriana u otras afecciones neurológicas letales.
La salud auditiva del perro, especialmente en razas utilizadas para la caza como el braco alemán, el setter o el spaniel bretón, es un aspecto clave que no debe descuidarse. Una de las afecciones más comunes que puede afectar el oído de los canes es la otitis, una inflamación del conducto auditivo que, aunque parezca menor, puede derivar en consecuencias graves si no se trata adecuadamente. Muchos propietarios se preguntan con preocupación: ¿puede morir un perro por otitis?

Para los amantes de la caza, donde los perros desempeñan un papel crucial en el rastreo, el cobro y el acompañamiento en terrenos difíciles, es vital entender que un problema en el oído no solo afecta su rendimiento, sino que puede comprometer seriamente su bienestar e incluso su vida.
En las siguientes secciones abordaremos en detalle qué es la otitis canina, sus tipos, causas, síntomas, y lo más importante: cómo prevenirla y tratarla eficazmente. Porque una detección temprana y un tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia entre una simple molestia y una situación de riesgo vital.
¿Qué es la otitis en perros?
La otitis en perros es una inflamación del conducto auditivo, que puede afectar una o ambas orejas. Esta afección es especialmente frecuente en perros con orejas largas y caídas —como los sabuesos, spaniels y retrievers— ya que su morfología favorece la acumulación de humedad, suciedad y calor, creando el entorno perfecto para el desarrollo de infecciones.
La estructura del oído canino es más compleja que la del humano. Su canal auditivo en forma de “L” dificulta la ventilación y la limpieza natural del conducto, lo que aumenta el riesgo de infecciones. Cuando hablamos de otitis, no nos referimos únicamente a una simple inflamación, sino a un problema que puede deberse a diversas causas: desde parásitos hasta enfermedades autoinmunes, pasando por infecciones bacterianas o fúngicas.
Es importante entender que no se trata de un malestar pasajero. La otitis canina, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede causar dolor intenso, pérdida de audición, desequilibrio y, en los casos más graves, poner en riesgo la vida del animal.
Por tanto, cualquier señal de incomodidad en los oídos de nuestro perro —ya sea sacudidas de cabeza, rascado excesivo o mal olor— debe considerarse una alerta que requiere atención veterinaria inmediata.
Tipos de otitis
La otitis en perros no es una afección única, sino que puede presentarse en diferentes formas según la zona del oído afectada. Identificar el tipo de otitis es esencial para aplicar el tratamiento adecuado y evitar complicaciones que puedan poner en peligro la vida del animal.
1. Otitis externa
Es el tipo más común y afecta el conducto auditivo externo, es decir, la parte del oído visible hasta el tímpano. Suele estar causada por bacterias, hongos, ácaros o cuerpos extraños como espigas o tierra. Si no se trata correctamente, puede convertirse en un problema crónico.
2. Otitis media
Esta forma afecta al oído medio, localizado detrás del tímpano. Generalmente es una progresión de una otitis externa no tratada, que permite que la infección atraviese la membrana timpánica. Puede causar pérdida de audición, dolor intenso y alteraciones en el equilibrio del perro.
3. Otitis interna (laberintitis)
Es la más grave y afecta el oído interno, donde se encuentran estructuras fundamentales para el equilibrio y la audición. Esta variante puede ser potencialmente letal si no se interviene a tiempo, ya que la infección puede extenderse al sistema nervioso central, provocando daños neurológicos severos o incluso la muerte.
Cada tipo de otitis requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico específico. Por eso, es fundamental acudir al veterinario ante cualquier señal de molestia en el oído del perro, especialmente si se trata de un animal de trabajo como los perros de caza, cuyo rendimiento y seguridad dependen en gran parte de su integridad sensorial.
Causas
La otitis en perros puede tener múltiples orígenes, y muchas veces no se trata de una causa única, sino de una combinación de factores que favorecen la inflamación e infección del oído. Conocer las principales causas permite adoptar medidas preventivas y actuar con rapidez ante los primeros signos.
1. Parásitos
Los ácaros del oído (Otodectes cynotis) son una causa frecuente de otitis, especialmente en cachorros y perros jóvenes. Estos parásitos provocan un picor intenso, lo que lleva al animal a rascarse compulsivamente y generar inflamación.
2. Infecciones bacterianas y fúngicas
Las infecciones provocadas por bacterias (como Pseudomonas o Staphylococcus) o hongos (como Malassezia) son muy comunes, especialmente cuando el ambiente del oído es húmedo y cálido. Estas infecciones pueden volverse crónicas y resistentes si no se tratan correctamente desde el inicio.
3. Cuerpos extraños
En perros de caza o aquellos que pasean por el campo, es frecuente la entrada de espigas, tierra o pequeños insectos en el canal auditivo. Estos cuerpos extraños irritan el oído y pueden desencadenar infecciones si no se retiran a tiempo.
4. Alergias
Las alergias alimentarias o ambientales pueden provocar inflamaciones recurrentes en los oídos. En estos casos, la otitis suele ser un síntoma más dentro de un cuadro de dermatitis alérgica.
5. Problemas hormonales
Alteraciones hormonales como el hipotiroidismo también están relacionadas con una mayor predisposición a sufrir otitis, ya que afectan la salud de la piel y las glándulas del canal auditivo.
6. Factores anatómicos
Razas con orejas largas, colgantes o con mucho pelo en el canal auditivo, como los cocker spaniel o los basset hound, tienen una ventilación limitada en el oído, lo que favorece la acumulación de humedad y suciedad.
7. Baños y humedad
Un error común es bañar al perro sin proteger sus oídos o dejar que se moje durante las salidas al campo sin secarlos adecuadamente después. La presencia constante de agua puede alterar el equilibrio del canal auditivo y favorecer el crecimiento de microorganismos.
Como vemos, la otitis no es una simple molestia, sino un problema complejo que puede tener diversas causas. Prestar atención al entorno, la higiene y la salud general del perro es clave para prevenirla.
¿Qué debo hacer si mi perro tiene otitis?
Si sospechas que tu perro sufre otitis, lo primero es identificar los síntomas. Algunas señales clave son:
- Sacudidas frecuentes de cabeza.
- Mal olor proveniente del oído.
- Enrojecimiento e inflamación del canal auditivo.
- Secreciones (pus, cerumen oscuro o sangre).
- Dolor al tacto, que puede manifestarse con quejidos o irritabilidad.
Ante estos síntomas, no intentes automedicar a tu perro. Algunos dueños recurren a remedios caseros, como el uso de alcohol o agua oxigenada, lo que puede empeorar la situación. En su lugar:
- Limpia suavemente el oído con una gasa estéril y un limpiador auditivo veterinario.
- Evita introducir objetos como hisopos, ya que podrías dañar el tímpano.
- Acude al veterinario inmediatamente, especialmente si hay sangrado, supuración o si el perro muestra signos de dolor intenso.
La otitis mal tratada puede derivar en infecciones crónicas, sordera o, en casos extremos, en una meningitis por propagación bacteriana.
¿Cuál es el tratamiento para la otitis canina?
El tratamiento dependerá de la causa subyacente, que puede ser bacteriana, fúngica (hongos), parasitaria (ácaros) o alérgica. El veterinario realizará un examen con otoscopio y, en algunos casos, tomará una muestra para cultivo.
Los tratamientos más comunes incluyen:
- Antibióticos (en gotas o sistémicos) para infecciones bacterianas.
- Antifúngicos si la causa es por hongos como Malassezia.
- Antiinflamatorios para reducir el dolor y la hinchazón.
- Limpieza profesional en casos de acumulación severa de cerumen o pus.
En situaciones graves, como una otitis media o interna, puede ser necesaria una cirugía para drenar abscesos o retrar tejido dañado.
Aunque la muerte por otitis es poco frecuente, las complicaciones de una infección no tratada pueden ser graves. La detección temprana y el tratamiento veterinario son clave para evitar riesgos. Si tu perro muestra síntomas, no esperes: actuar rápido puede salvar su vida.
Si deseas más información sobre cuidados preventivos, consulta con un especialista en salud canina.